ACERCA DE

¡Hola y bienvenido a mi blog de recetas Shiny Veggies!

Aquí comparto mi pasión por cocinar, experimentar con nuevas recetas, tomar fotos y compartirlas. Todas las recetas en este Blog son vegetarianas o veganas, la mayoría son además libre de azúcares refinados y muy sencillas de hacer. En Shiny Veggies encontrarás ideas para todo tipo de platillos como pastas, postres, ensaladas, sopas, panes y mucho más.

¡La variedad de sabor que estabas buscando!.

Soy una venezolana viviendo en Alemania por cosas de la vida. Soy amante de la lectura, de cocinar y de pasar tiempo junto a mi esposo e hijo, por quien en cierto modo me vi motivada a dejar la carne, pero eso se los explico mas abajo.

Este nuevo proyecto significa mucho para mi personalmente, sin embargo, también se trata del inicio de una aventura como vegetariana experimentando cada vez más el veganismo, lo que ha sido una experiencia bastante enriquecedora y nutritiva, en todo el sentido de la palabra.

Todas las fotos, videos y publicaciones en este blog son contenido totalmente original creado en la cocina de mi casa. Yo misma me encargo de fotografiar, grabar, editar, redactar y publicar todo.

Espero lo disfruten y para que conozcan un poco más acerca de este blog, les comparto la historia de como nació Shiny Veggies.

Acá les cuento como pasé de comer pollo casi todos los días de la semana, a no comerlo en lo absoluto. Es gracioso en realidad, si pudiera decirle a mi “yo” del pasado, seguro ni me lo creo.

A finales del 2019 me tope en Instagram con un video espeluznante y cruel con los animales que cambió por completo mi vida en muchos aspectos. En primer lugar mentalmente, me hizo comprender que durante mucho tiempo había decido ignorar ciertas cosas al decirme “no puede ser tan malo”, cuando en realidad sabía bien lo que estaba sucediendo.

Luego físicamente. Poco tiempo después de haber dejado la carne me sentí completamente mejor, perdí peso, y mejoró mi acné.

Por último, emocionalmente. De repente brotó en mi éste sentimiento de empatía hacia los animales totalmente nuevo para mi, sin mencionar que se mezcló con el hecho de haberme convertido en mamá poco antes.

De este modo empecé a cuestionarme, por qué razón no había considerado el asunto antes y a decir verdad pues no crecí rodeada de animales. Nunca fui una persona de mascotas, no tuve una jamás o al menos no voluntariamente; de cualquier modo no hubo razón suficiente para preocuparme con estos pensamientos e ir en contra de lo que me habían inculcado.

Lo cierto es que luego de verlo (a eso de las 10 de la noche) no pude dormir. No les voy a hablar acá de los detalles pero digamos que luego de esa noche, no quise volver a comer ni un solo trocito de pollo de nuevo. Obviamente tuve que hacer excepciones las primera semana porque aun me quedaba algo en la nevera (refri) y me habría sentido incluso peor desechándolo.

Y así fue como de la noche a la mañana me volví vegetariana sin mirar atrás.

Algunas semanas después recibí para navidad un obsequio fantástico, el libro de recetas vegetarianas de un conocido chef que terminó de darme la chispa que hacia falta.

Comencé a probar tantas recetas a la semana como me fuera posible y no se imaginan lo mucho que lo disfruté.

Gracias a ese libo descubrí un mundo nuevo, empecé a experimentar por mi cuenta y en cierto punto mi esposo me dijo, “deberías tomar fotos a lo que haces y compartirlo, ¿por qué no lo haces?”

Pero es más fácil pensar en lo difícil que puede ser algo, que actuar y correr riesgos.

Una tarde como cualquier otra decidimos ir al lago a dar un paseo. Es mi lugar favorito para encontrar paz y sentirme en contacto con la naturaleza, es casi mágico.

Era también uno de esos días donde no sabes a donde vas, ni que te mueve a hacer las cosas, querer hacerlo todo, pero no estar haciendo nada, así me sentía, perdida y a la vez frustrada.

Suele pasar que sabemos lo que nos gusta y podríamos incluso ser buenos en ello pero no lo vemos, subestimamos nuestras habilidades, nuestro talento y nos encerramos en un agujero de inconformidad y decepción hacia nosotros mismos.

A veces necesitamos de alguien que nos ayude a salir de allí, que nos haga ver lo que nosotros pasamos por alto y para mi esa persona fue mi esposo una tarde de enero.

Viendo todo el esfuerzo que yo le dedicaba a cada comida, la entrega no solo al cocinarla sino también al momento de servir, cuidando cada detalle, para él era un desperdicio que nadie más pudiera apreciarlo.

Fue prácticamente una charla motivacional, que no solo me hizo reflexionar, también me hizo cambiar mi perspectiva, pero lo mejor de todo fue que me ayudó a encontrar un propósito.

Él ha sido desde entonces mi crítico más exigente y mi mayor apoyo.

Se volvió un hobby capturar cada escena, cada plato y no solo eso, era un desafío hacerlo. Me di cuenta entonces del esfuerzo que requiere crear una buena toma. También entendí que mis fotos no eran buenas, la luz natural no me favorecía (en pleno invierno), y aunque la cámara era decente mis resultados decían lo contrario, no tenia ni idea de todo el lío en el que me estaba metiendo.

Luego se volvió mas desafiante, me pregunte qué necesitaría para hacer uno de esos famosos

videos adictivos de Facebook de toma aérea. Me tomó un par de semanas encontrar el equipo que se adaptara a mis necesidades y limitaciones.

Finalmente tenía lo necesario para empezar, luz, trípode, difusor de luz y mi teléfono celular para iniciar a grabar, pero olvide buscar un software para editar videos, eso retraso mi proyecto una semana hasta que por fin, fue el momento de grabar mi primer video de receta!